Si había
alguna esperanza de seguir peleando por el segundo ascenso, esta tarde casi se
esfumó por completo porque Sportivo Italiano malogró dos penales y Argentino de
Merlo convirtió el suyo para quedarse con tres puntos vitales en su lucha por permanecer
en la categoría.
La clave del
partido estuvo en el sacrificio y la inteligencia del conjunto conducido por
Mariano De La Fuente para aprovechar cada uno de los regalos de un “Azzurro”
que no le encontró ninguna solución a sus problemas, ni siquiera desde los doce
pasos, siendo nuevamente un
equipo sin rumbo futbolístico, hundido anímicamente y que, más allá de un
puñado de voluntades, todo lo que intenta se le hace cuesta arriba,
Por su parte la visita, consciente de las limitaciones que lo tienen
casi en el fondo de la tabla general como en la de los promedios, sacó a lucir
una cuota extra de sacrificio para “morder” en todos los sectores de la cancha
e incomodar al local.
Jaime se topó con el achique de Peranic y Maldonado en el rebote
estrelló su remate en la base del palo derecho en la única jugada de peligro
del primer tiempo donde el ACIA ni siquiera supo aprovechar el viento a favor para
acercarse al arco de enfrente y tan solo se rescataron algunas corridas de
Marclay y la proyección permanente de Giambuzzi.
Apenas reiniciado el cotejo, justamente el ex lateral de Colegiales
tuvo la chance mediante un penal por una falta que Gutiérrez le cometió a
Bordón, pero su remate se fue altísimo y en una jugada posterior el “Pájaro” estuvo
cerca de abrir la cuenta cuando la pelota salió desviada por el palo derecho.
Las intenciones del dueño de casa eran escasas y por si faltaba algo Bordón
se confió al dejar pasar una pelota para el arquero, pero Jaime se la robó, Peranic
lo desestabilizó y el juez marcó la pena máxima (poco antes hubo una falta más
clara no cobrada) para que el propio delantero pusiera el uno a cero.
El empuje y la tenencia del balón por parte de Italiano no fue
suficiente para buscar una reacción y alcanzar al menos un empate porque la
visita se cerró bien atrás, obstruyó
bien el medio y pese a algunas ventajas que daba por los costados supo
defender con uñas y dientes esa mínima diferencia en el marcador.
Cuando el cuarto árbitro estaba por levantar el cartel que marcaba los
cuatro minutos adicionados, Perelman interpuso su mano a la trayectoria de la
pelota dentro del área, vio la segunda amarilla y le otorgó revancha al dueño
de casa. Sin embargo, todo volvió a derrumbarse porque pese al cambio de ejecutante,
el final fue el mismo, ya que Miranda Moreira remató por afuera del palo
derecho.